jueves, 8 de mayo de 2014

Amistades donde uno ni imagina


Durante mi vida, he tenido la suerte de encontrar esas amistades que sabes vas a mantener durante todo tu camino...las he encontrado donde he estudiado, donde he vivido, donde he trabajado. La primera opinión que pedí para este blog fua a una de esas personas, quien además me acompañó en una de mis últimas aventuras culinarias: Prestige Café.

Cómo llegué ahí? En la revista Paula apareció este lugar, cuya particularidad era que trae sus pasteles directamente desde Francia...así es, no los preparan acá. La verdad es que la razón no la se, pero quiero pensar que de esta forma, quienes probamos los pasteles tenemos la posibilidad de sentir que nos llevamos un pedacito de Europa.

En fin, la propuesta me llamó la atención y me animé a ir a probar estos atractivos pastelitos. Junto a mi compañera de ruta, nos fuimos luego del tradicional almuerzo en la oficina, caminando al café. No es fácil encontrarlo, está en el 1º piso de uno de estos tremendos nuevos edificios, construido en el comienzo de Suecia, justo donde antes estaban miles de pubs y discoteques (Suecia 0142).

El lugar es lindo; con grandes fotografías de lugares emblemáticos de París. La atención se destaca; están en todo momento atentos a lo que queremos los clientes. Todo bien cuidado; impecables mesas negras y sillas blancas, un carrito al inicio que dice "café, te, chocolate" y justo a su lado, la vitrina con los postres y pasteles....yo iba directo a uno que se llama "barra de chocolate"; pero no estaba, en su lugar, probé el "cuadrado de chocolate", acompañado de un exquisito té verde llamado "white night rose".




Mi compañera me acompañó con el te, no así con el pastel. Pero la conversa estuvo como siempre extendida y la hora se pasó volando. Ella también es amante de los dulces (cierto chocolate en barra grande es su gran adicción), por lo que probó mi pastel, sin hacer mucho comentario...creo que me quería dejar todo el trabajo a mi.

Pues bien, el esperado "cuadrado de chocolate" consiste en una fina masa, semi-crocante, también de chocolate, sobre la cual se monta esta especie de mousse de chocolate, de consistencia dura y con un sabor un poco amargo perfecto para quienes no tienen tanta atracción por lo dulce. El te viene acompañado de una linda tetera, que queda en la mesa, por si hay ganas de una segunda taza. En nuestro caso, había ganas, pero no tiempo.

Ahora, mi apreciación totalmente amateur es que da la sensación que un pastel así se puede lograr acá en Chile; pero supongo que de eso se trata la propuesta, de hacernos sentir como en la ciudad de la luz...para lo cual agregaría un poco más de calor al lugar, algunas lámparas de pie, más flores frescas, sin miedo lo haría más "recargado". En cuanto al pastel y el te; lo recomiendo, aunque nadie sabe con qué otros lugares me iré a encontrar en este camino que recién comienza...y donde espero volver a contar con esta grata compañía.





2 comentarios:

  1. Me gusta el tono íntimo del blog. Espero que nunca pierdas el entusiasmo, tu sana curiosidad y las ganas de compartir tus experiencias. Ojalá este café con (buena) onda y oferta interesante logre sobrevivir los primeros difíciles meses y se consolide como - estoy segura- muestra amistad.... :-)
    PD: El chocolate lo encontré algo falto de dulzor pero entiendo que esa es la tendencia: más cacao y de mejor calidad, más saludable = menos dulce.

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  2. Gracias por tus comentarios, Marce y si tienes q ser más crítica, mejor...jajajajaja. Lo mejor de esta visita fue la compañía!

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